Yo sí te admiro

Pese a saber de sobra que está feo, comentaremos un par de cosillas del próximo álbum de Interpol, disco que verá la luz, en Estados Unidos, el próximo 10 de julio bajo el sello Capitol Records, en Reino unido lo hará el día anterior.
Está mal porque a mí me molestaría, pero para sentirme molesto debería ser un Interpol, y controlar algo de música, y ser caucásico, mucho suponer, lo dejaremos en que alguien me pasó el trabajo de los neoyorquinos y, de tan bueno que es, mi cuerpo comenzó a segregar líquidos varios en un colapso general.

Our love to admire, que así se nombra a la perfección, resulta otro compendio de sentimientos perfectamente trasladados al mundo sonoro como solo Interpol sabe hacerlo, y comparaciones con los maestros Joy Division ya parecen prehistóricas.
Con su tercer trabajo de estudio recuperan el formato de 11 temas como hicieron con Turn on de bright light (Matador Records,2002); sin embargo, si el primer disco legó un concepto que recogió su segundo álbum Antics (Matador Records,2004), en éste caso las diferencias sobresalen por si mismas. Para empezar, el disco abre con Pioneer to the falls, tema radicalmente distinto a Next exit o Untitled que encabezaban los dos trabajos precedentes. Y la cosa no queda ahí, Wreking ball y Lighthouse, atmosféricamente anormal a lo que nos tenían acostumbrados; guitarras españolas y órgano sucio y estilo bandurria. Temazo a lo Evil con The Einrich maneuver, y cuidado con Rest my chemistry que es gloria bendita. Pero que conste que yo adquiriré el disco con su portada y su libreto el día que toca, no porque tenga algo con la discográfica, algo habrá que hacer para que gente como ellos sigan en la brecha.
Ciao, cabrones.